lunes, 14 de octubre de 2013

LA FÁBULA ARGENTINA (RESEÑA)



Agradecemos a Juan Carlos Dido por la posibilidad de compartir esta reseña de la charla de café de setiembre!
El ciclo Charlas de Café en Flores se desarrolla los últimos sábados de cada mes a las 19 hs.
   

LA FÁBULA ARGENTINA (RESEÑA)

 
La fábula es un género ignorado en las historias literarias de nuestro país, a pesar de que está ligada a los orígenes de la nación. Pareciera que el género se hubiera tomado con alguna reticencia, como si fuera obra de mérito escaso o labor reservada a quienes carecen de aliento para aspirar a trabajos mayores. Equivocada opinión que no beneficia a la fábula ni a los demás órdenes de la creación literaria.

Pocos años antes de la Revolución de Mayo, Domingo de Azcuénaga publicó sus apólogos en el periódico “Telégrafo Mercantil”. La condición de precursor, no la de fabulista, lo salvó del olvido. Para encontrar otro autor de fábulas en nuestras historias literarias, hay que esperar hasta Joaquín V. González, más de cien años después del iniciador en el Río de la Plata. Y, si bien es González buen fabulista, su obra apológica no ocupa el lugar principal de los estudios, sino que se presenta como producto complementario de sus aportes de otro carácter.

En los ciento diez años que van de Azcuénaga a González, no hay referencia alguna a la fábula argentina, aunque varios autores elaboraron una obra respetable, según lo probamos en este trabajo. El presente ensayo, que se inicia con Azcuénaga y llega hasta los autores contemporáneos, amojona con fabulistas doscientos años de historia literaria, con una brecha en la segunda mitad del siglo XIX, en la que no se registran fabulistas. La investigación nos permitió, incluso, descubrir el manuscrito de uno de los autores notables: Gabriel Alejandro Real de Azúa.
 
Si algo valioso contiene nuestro aporte, es la comprobación de la presencia de fabulistas en las distintas épocas históricas y en los diversos movimientos culturales que se manifestaron en la Argentina desde los albores de la vida independiente. Mediante los autores y las obras incluidos en este trabajo, la fábula argentina reclama su espacio literario porque lo tiene sobradamente ganado. En adelante, la historia de la literatura deberá incorporar a cada período, un capítulo o una sección para el apólogo, junto a los que reserva para la poesía, el teatro, la novela o el cuento. Y los críticos tendrán que dirigir su mirada avizora al futuro, para detectar y juzgar a los nuevos fabulistas, porque, según se concluye del estudio, la fábula renovará su vigor al impulso de autores que encontrarán en ella una forma auténtica de creación estética.